Introducción
Las roturas masivas e irreparables del manguito rotador posterosuperior, considerando como tal aquellas lesiones que presentan infiltración grasa de la masa muscular más allá del estadio II de Goutallier en los estudios de resonancia magnética (RM) y/o ascenso de la cabeza humeral con distancia acromioclavicular inferior a 7 mm, constituyen un reto para el cirujano de hombro, existiendo numerosas posibilidades para el manejo de las mismas, entre las que destacan las transferencias tendinosas, los deslizamientos musculotendinosos, los injertos artificiales o la artroplastia invertida de hombro(1)(2)(3). Se considera que son irreparables o que tienen un alto riesgo de fracaso tras sutura aquellas lesiones que presentan infiltración grasa de la masa muscular más allá del estadio II de Goutallier en los estudios de RM y/o ascenso de la cabeza humeral con distancia acromioclavicular inferior a 7 mm.
La implantación de un espaciador de polímero biodegradable en el espacio subacromial (InSpace®) se ha propuesto como una alternativa poco invasiva para estos pacientes, que pretende mejorar el dolor y restaurar la función de la articulación con pocas complicaciones(4)(5).
El objetivo de este estudio es analizar los resultados funcionales a corto plazo de este implante en pacientes que presenten rotura irreparable del manguito rotador.
Métodos
Se realizó un estudio longitudinal prospectivo de una serie de casos consecutivos con roturas irreparables del manguito rotador posterosuperior definidas mediante RM, operados entre diciembre de 2014 y febrero de 2016 en 2 centros.
Pacientes
Los criterios de inclusión fueron: pacientes mayores de 50 años, roturas extensas irreparables del manguito rotador posterosuperior (definidas como roturas, identificadas en RM, completas del supraespinoso asociadas a roturas al menos parciales del infraespinoso con un tamaño anteroposterior de al menos 3 cm con retracción de más de 3 cm, con infiltración grasa mayor del 50% –Goutallier grado 3-4–) y ausencia de cambios degenerativos significativos en la radiología simple o RM (Seebauer 2A o mayor). Los pacientes no eran candidatos a artroplastia inicialmente por edad o por negativa de los mismos a la intervención. Fueron excluidos los pacientes con artrosis glenohumeral grave.
Todos los pacientes firmaron el consentimiento informado para la cirugía y para su participación en el estudio.
Procedimiento quirúrgico
Las cirugías se llevaron a cabo por 3 cirujanos distintos en 2 centros. En todos los casos se implantó un balón subacromial de tipo InSpace® de manera artroscópica según la técnica propuesta por el proveedor: después de una artroscopia diagnóstica estándar por un portal posterior y uno lateral, incluyendo desbridamiento y bursectomía del espacio subacromial, se valoró el manguito rotador descartando la posibilidad de reparación del mismo. Una vez considerado irreparable, se seleccionó el tamaño adecuado del dispositivo midiendo el espacio entre el borde lateral del acromion y un centímetro medial al borde superior del reborde glenoideo. El espaciador enrollado se insertó a través de un portal lateral e infló mediante una solución salina con el volumen indicado, para luego desinflarlo ligeramente según las instrucciones del fabricante. Se comprobó la correcta colocación del mismo y su estabilidad mediante la movilización pasiva del hombro con el espaciador inflado. Se asoció una tenotomía del bíceps en todos los casos en los que el bíceps estaba presente, pero no se realizaron reparaciones del subescapular o reparaciones parciales de los tendones del supra- o infraespinoso.
Tras la cirugía, se colocó la extremidad afecta en un cabestrillo con una almohadilla de abducción durante las primeras 2 semanas, que se fue retirando progresivamente según confort. Se autorizó a los pacientes a retirarse el cabestrillo para el aseo personal, vestirse y la alimentación, así como para hacer ejercicios de codo, muñeca y ejercicios suaves de movilización de hombro. Todos los pacientes realizaron tratamiento rehabilitador dirigido a la recuperación del rango de movilidad y la fuerza desde la tercera semana y al menos durante 2 meses. Además, se realizaron ecografías seriadas para valorar la correcta posición del balón.
Evaluación de los resultados
Todos los pacientes fueron evaluados preoperatoriamente y un año después de la cirugía. Se realizó una evaluación que incluía los test de Constant, test simple de hombro, QuickDASH y SF-12, así como una evaluación del rango de movilidad activo y pasivo (con goniómetro manual en abducción, flexión, rotación externa a 0 y 90° de abducción y rotación interna) y la fuerza (flexión, abducción, rotación externa e interna, en escala semicuantitativa de 0 a 5). Asimismo, se realizó una evaluación intermedia si el paciente se programó para reintervención; esta evaluación previa a la reintervención se usó para el análisis final.
Como criterio principal de valoración del éxito del procedimiento se estableció una variable compuesta por una variación clínicamente relevante del Constant (establecida en una mejoría de al menos 10 puntos) al año de evolución y la ausencia de reintervención quirúrgica para colocación de una artroplastia de hombro.
Para el análisis de los datos se consideraron todas las variables cuantitativas como no paramétricas, expresando los resultados en mediana (primer y tercer cuartil). Para la comparación de variables cuantitativas se usó la U de Mann-Whitney. El nivel de significación se estableció en p < 0,05.
Resultados
Se incluyeron en el estudio 16 pacientes consecutivos, de los cuales uno fue excluido por deterioro clínico de su enfermedad neurológica preexistente (Parkinson) 3 meses tras la cirugía. Un total de 15 pacientes (93,8%, 11 mujeres/4 hombres; edad: 69,4 años –66,3-73,8–) completaron el año de seguimiento. De estos, 3 habían tenido reparaciones del manguito previas fallidas. El tiempo medio de la cirugía fue de 27,3 (20,7-32,3) minutos.
Tres pacientes (20%), de los cuales 2 tenían artropatía de manguito leve previa, requirieron reconversión a una artroplastia invertida de hombro debido a persistencia de la sintomatología (2 a los 6 meses y otro a los 7 meses tras el implante del balón), casos en los cuales el estatus funcional fue evaluado justo antes de la artroplastia. Se encontraron 4 roturas del subescapular que no se trataron.
Respecto a la evaluación funcional al año, no se encontraron diferencias significativas en la puntuación el test de Constant (preoperatorio: 30,0 –22,0-37,0– vs. a los 12 meses: 47,0 –33,0-61,0–), el test simple de hombro (preoperatorio: 3,0 –2,0-4,0– vs. a los 12 meses: 4,0 –2,0-6–) y en el test QuickDASH (preoperatorio: 36,0 –31,0-41,0– vs. a los 12 meses: 31,0 –27,0-37,0–) (p > 0,05 en todos los casos; Tabla 1).