¿Para qué publicar en Revista del Pie y Tobillo?

Es un hecho que la dicotomía entre el médico “practicón” y el “publicador” se va diluyendo en favor de un modelo mixto: el del profesional preocupado por actualizar continuadamente sus conocimientos y por dar a conocer sus técnicas, investigaciones o resultados.

También es evidente que no todas las especialidades disfrutan de las mismas oportunidades (tiempo, posibilidades de análisis sosegado de su experiencia…). No se trata de una opinión; es una definición. Y nuestros médicos residentes la experimentan en sus carnes, cuando deben aunar su tiempo de trabajo –en horario normal a dedicación completa, además de tener que llevar el peso de las guardias– con la preparación de sesiones clínicas y de comunicaciones o carteles a los congresos.

En el caso de los médicos maduros, también sumidos en una vorágine de trabajo continuado y exigente, se añade un aspecto cualitativo: “Ya que hago el esfuerzo, ¡que merezca la pena!”; es decir, que sea para una publicación con un alto índice de impacto.

Con estas premisas, ¿tiene sentido publicar en nuestra revista?

Expondré muy someramente las razones que, en mi opinión, sugieren una respuesta afirmativa a esta pregunta.

• Aunque parezca desfasado o anacrónico, pertenecemos libremente a una sociedad científica (AEMCP), hecho que paradójicamente nos obliga en mayor medida a contribuir a la difusión y puesta a punto de nuestros conocimientos en las materias propias de la misma, conforme a sus estatutos.
• Es verdad que otras publicaciones pueden competir ventajosamente con la nuestra, tanto en impacto como en difusión. Pero no es menos cierto que el Foot and Ankle International no se ve menguado en forma alguna por la aparición de artículos importantes en el Journal of Bone and Joint Surgery. Muy al contrario, se solapan y, con toda naturalidad, ocupan su lugar en el ámbito científico. Lo mismo debemos procurar nosotros, de tal forma que no veamos la publicación de trabajos sobre el pie y tobillo en otras revistas no especializadas como una “traición”, sino más bien como una muestra de nuestra vitalidad y capacidad de penetración en el campo cada vez más amplio de la Cirugía ortopédica y Traumatología.
• La colaboración pausada pero progresiva de compañeros de Hispanoamérica debe aleccionarnos en el sentido de valorar más y mejor nuestra producción científica –manteniendo, por supuesto, una autocrítica permanente– que nos ayude a mejorar tanto en la presentación como en la metodología de nuestros trabajos. De la citada colaboración con nuestros colegas hispanoamericanos, cuyos primeros pasos ya se han dado, debemos esperar un estímulo adicional y, con toda seguridad, un enriquecimiento de nuestros conocimientos.
• Luchamos aún por hacer rentable esta publicación que, si bien recibe hoy una cantidad de originales impensable en un principio, a nivel económico se mantiene “milagrosamente” merced a la apuesta que por nuestra sociedad está llevando adelante el Grupo Editorial Acción Médica. Por ello, cuanta ayuda se pueda conseguir en la búsqueda de patrocinadores redundará en una mayor periodicidad de la publicación y en poder entrar en alguno de los buscadores clásicos médicos, meta por la que continuará luchando este equipo de redacción. Pero necesitamos que los miembros de la sociedad sientan como suya la revista. Indirectamente, será otra forma de apoyo a nuestros jóvenes investigadores, que se sentirán “mejor pagados” en un próximo futuro.
• La progresiva proyección y el creciente prestigio de la revista representan un factor que fomentará la aparición de nuevas Unidades de Cirugía del Pie y el reforzamiento de las ya existentes, siempre de la mano de abnegados compañeros; compañeros que, con admirable altruismo y luchando a veces contra cierto sentimiento de menosprecio –no ya de la Administración, que también, sino, y muy lamentablemente, de algunos compañeros–, se están dando a conocer a la opinión pública por su eficacia y honestidad: también así se lucha contra el intrusismo.

Ya termino. Los próximos días 16 al 18 de junio disfrutaremos un año más de nuestra “fiesta” científica. De este nuevo reencuentro de todos los miembros de la sociedad saldrán como en las otras ocasiones nuevas líneas de estudio en campos de tanta importancia como las nuevas aplicaciones de la artroscopia, los trasplantes osteocondrales, la utilización de factores de crecimiento, los últimos resultados en los implantes articulares…; aspectos todos ellos que deberán buscar acomodo en las páginas de vuestra revista. No es admisible que las ponencias y comunicaciones que tanto os ha costado preparar queden durmiendo el sueño de los justos, así que preparadlas directamente para su publicación si consideráis que merece la pena divulgar vuestro trabajo.

No quisiera finalizar el editorial sin referirme a la desaparición del Dr. Almenar y del Dr. Olier, miembros señeros de la AEMCP, a quienes Revista del Pie y Tobillo dedicará su merecido obituario.

Y una obligada referencia al Boletín de la sociedad, consolidado merced al esfuerzo y buen hacer del Dr. Martín Oliva, cuyo testigo ha recogido de forma admirable el Dr. González Casanova, sirviendo a modo de bonito vestíbulo de entrada al edificio de nuestra Asociación.

Un cordial saludo y hasta pronto en Madrid.