Felicidades, A.E.A.

La AEA ha cumplido 25 años. Un grupo de amigos, seducidos por la belleza de unas imágenes e inquietos por las perspectivas futuras que se perfilaban, decidieron organizarse y crear nuestra AEA.

Hoy día, esos 25 años de historia se cumplen con más de 600 socios, muchas relaciones y compromisos internacionales y un programa de formación en continua evolución, una revista y una web renovadas y un futuro tan esperanzador como el que imaginaron los fundadores.

Al finalizar este Congreso-Aniversario en Sevilla, termina el periodo de dos años en los que he tenido el inmenso honor de dirigirla, y quiero aprovechar esta vía de comunicación para agradeceros vuestra confianza y apoyo permanentes.

El crecimiento constante de nuestra Sociedad necesitaba de una adaptación a ese nuevo perfil. Los pilares científicos –que, como ya dije al iniciar mi periplo, serían básicos en mi Presidencia–: revista, web, cursos de formación y congreso anual, han ido sufriendo cambios y situaciones que, estoy convencido, nos llevarán al origen que llevó a crear esta Sociedad, inculcar el aprendizaje y difusión de una técnica quirúrgica que nos subyugó desde el principio. El importante incremento en las relaciones con sociedades afines tanto nacionales como internacionales, las becas de intecambio con sociedades artroscópicas extranjeras y la cada vez más importante presencia en prestigiosos foros en todo el mundo contribuirán al desarrollo de estos fines.

Quiero agradecer públicamente a los responsables de cada una de estas áreas su trabajo desinteresado y sus sabios consejos para iniciar dichos cambios; y a aquellos miembros de mi Junta Directiva, para los cuales no ha habido más que disposición al trabajo, sus aportaciones de ideas y su interés por el avance y mejora de nuestras actividades.

Gracias, cómo no, a aquellas casas comerciales en las que encontramos colaboración y respaldo económico para poder seguir avanzando. La AEA debe mantener su capacidad e independencia científica trabajando codo a codo con ellas, no para ellas, pues la sutil y fina línea que separa ese carácter de independencia de lo que no lo es puede llevar a situaciones no deseables para el conjunto.

Sé que José María Altisench y su Junta llevarán a buen puerto los proyectos iniciados. Gracias por su amistad y por brindar su hombro para compartir los bajones y por ofrecer siempre el consejo adecuado.

Un abrazo a todos.