
Figura 3. La dorsiflexión desplaza las estructuras neurovasculares –representadas en rojo y blanco en estos gráficos– lejos de la articulación, lo que minimiza significativamente el riesgo de lesión iatrogénica (A). Por el contrario, la distracción fija atrae estas estructuras hacia la articulación, lo que aumenta su vulnerabilidad (B). La zona de seguridad anterior es más del doble de extensa con la dorsiflexión en comparación con la distracción (Tonogai, 2018). Las estructuras neurovasculares están representadas en rojo y blanco.