Figura 2. Evaluación de la posición del injerto en el corte sagital. Se trazan 2 líneas de longitud equivalente al tamaño del defecto óseo glenoideo (B) y a la longitud del injerto que cubre dicho defecto (A). En la imagen A se observa cómo la mayoría del defecto óseo se encuentra cubierta por el injerto, considerando por tanto que este se encuentra bien posicionado. En la imagen B se observa cómo menos del 90% del defecto óseo se encuentra cubierto por el injerto, por lo que consideramos que la posición de este no es adecuada.